AULA 02
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Angela Ruiz Robles
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1895 – 1975. Natural de Villamanín, León.
Maestra de escuela en Ferrol fue una de las mayores innovadoras de la educación española en el siglo XX.
Se la considera la precursora del concepto de tablet, iPad o ebook. Ideó una “enciclopedia mecánica” |
Cursó estudios superiores en la Escuela de Maestras de León, donde impartió sus primeras lecciones entre 1915 y 1917, enseñando taquigrafía, mecanografía y contabilidad mercantil.
Un aspecto que queremos destacar, en esta biografía, es no solo su aportación tecnológica, sino su fuerte interés por mejorar la docencia en su tiempo, con sistemas que ahora consideramos de máxima actualidad. Fue una maestra vocacional, innovadora y con una labor entusiasta hacia sus alumnos y su comunidad, dando una gran importancia a la enseñanza de idiomas, al aprendizaje intuitivo o al uso de ilustraciones, buscando mejorar la educación, haciéndola más fácil y atractiva para los alumnos. Ese fue el germen de sus inventos..
Entre 1938 y 1970, Ruiz Robles publicó dieciséis libros de texto sobre diversas materias como ortografía, taquigrafía, mecanografía, gramática, historia y geografía. En dos de ellos, editados en 1938 y 1941, describía un sistema taquigráfico con el que escribir y traducir de manera más veloz gracias a una máquina con nuevos signos y caracteres enlazados de modo sencillo y sistemático. El sistema de Ruiz Robles podía implementarse en cualquier idioma,
En 1945, Ruiz Robles logró un destino en el Instituto Ibáñez Martín del Ferrol. Durante toda su etapa en la ciudad ferrolana, desarrolló una intensa labor pedagógica, pero también social, enseñando a leer a adultos, preparando a jóvenes bien para una labor profesional o para presentarse a oposiciones, y con un servicio de lectura de cartas para personas analfabetas, organizando tertulias literarias, y colaborando en otras obras sociales. Por toda esta labor pedagógica y social, Ruiz Robles recibió en 1947 la Cruz de Alfonso X.
En 1949, registró su primera patente (no. 190.968) bajo el título de “procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros”. Los objetivos de su invento no están nada lejos de los objetivos de los programas docentes de ordenador actualmente existentes: innovar la enseñanza para que fuese más intuitiva y amena, conseguir el máximo de conocimientos con un mínimo esfuerzo. Además este invento supuso una adaptación de los libros al progreso tecnológico, incorporando la electricidad y los plásticos.
Descripción del libro de Angela Ruiz Robles:
Las lecciones de cada asignatura estaban dispuestas en diversas placas (hojas) que al ser accionadas mediante unos sencillos pulsadores se elevarían (mecánicamente o por aire comprimido) hasta mostrarse al alumno a través de una pantalla de plexiglás transparente y con capacidad de aumento. El aparato también tenía previsto que la página, al mostrarse, se iluminara mediante un pulsador eléctrico (activando una pequeña bombilla alimentada con pila) o mediante fosforescencia. Al ser un invento dirigido a los niños, la inventora tuvo en cuenta que no fuera ni pesado ni voluminoso y de fácil manejo, por lo que debía ser construido con materiales ligeros (plástico, goma elástica, papel, cartulina). [1]
Patente no. 190.698. Imagen OEPM.
Además, inventó un sistema interactivo, con cuestiones y sus respuestas, de manera que mediante pulsadores se encendían conceptos relacionados con la palabra seleccionada ejemplo pionero de enlace hipertextual.
El otro invento muy destacable fue su “Enciclopedia Mecánica”, con la que “buscaba resolver los problemas de las enciclopedias escolares al uso, como su excesivo volumen o los desequilibrios en la extensión y comprensibilidad de los contenidos, que las convertían en productos caros, engorrosos, poco prácticos y sin unidad como libro.[1]”
Parece mentira que durante tantos años después, este problema haya seguido sin resolverse, aunque ya no se use un solo libro, los libros escolares hayan seguido siendo “productos caros, engorrosos, poco prácticos”.
Descripción del libro de la “Enciclopedia Mecánica”:
La enciclopedia mecánica, una vez abierta, estaba dividida en dos partes. En la parte de la izquierda, se encontraban unos abecedarios automáticos con los que formar sílabas, palabras o pequeñas frases utilizando pulsadores mecánicos que, al ser presionados ligeramente, accionaban un dispositivo formado por trinquetes y ruedecillas de dientes de sierra que, a su vez, movía una rueda con el abecedario completo que giraba letra por letra mostrándose a través de una pequeña ventana. Debajo de estos abecedarios estaba previsto disponer de un plástico donde el alumno escribiera, dibujara o hiciera operaciones matemáticas. La parte derecha tenía un par de cilindros situados en lados opuestos. En uno de ellos se insertaba una bobina desplegable en vertical con la asignatura y sus lecciones divididas en láminas que se desplazaban manual o mecánicamente (como en los antiguos papiros o en los modernos carretes fotográficos) de un cilindro a otro por detrás de una pantalla transparente con propiedades de aumento o graduada ópticamente para facilitar la comprensión y ayudar a los alumnos con problemas visuales. Cada asignatura iba en su correspondiente bobina, por lo que eran intercambiables, pudiendo asimismo ser guardada en el estuche. Igualmente, la enciclopedia tenía previsto incorporar luz eléctrica o textos en tinta fosforescente para usarse durante la noche.[1]
Patente no. 276.346. Imagen OEPM.
Ha habido inventos relacionados con máquinas con fines pedagógicos, pero ninguna ha incorporado, tantos elementos tecnológicos como la de Angela Ruiz Robles: sonido, zoom, retroiluminación, interactividad, portabilidad, posibilidad de cambiar contenidos y de contenidos diversos.
Estos dos inventos de Ruiz Robles pueden ser considerados precursores del libro electrónico o “e-Book”.
Algunas distinciones que recibió “la maestra de Villamanín:
Medalla de Oro y Diploma en la Exposición Nacional de Inventores (1952), Lazo de la Orden de Alfonso X el Sabio (1956), Óscar a la Invención en la Feria de Zaragoza (1957), Medallas de Bronce (1957 y 1958) y de Plata (1963) en la Exposición Internacional de Inventores de Bruselas, Medallas de la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1964), del Salón Internacional de Inventores de Ginebra (1970) y del Salón de la Inventiva de Madrid (1970).
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